En la mayoría de los países en los que se produce ropa, las aguas residuales tóxicas no tratadas de las fábricas textiles se vierten directamente en los ríos.

Las aguas residuales contienen sustancias tóxicas como plomo, mercurio y arsénico, entre otras. Éstas son extremadamente dañinas para la vida acuática y la salud de millones de personas que viven en las riberas de esos ríos. La contaminación también llega al mar y acaba extendiéndose por todo el mundo. 

Otra fuente importante de contaminación del agua es el uso de fertilizantes para la producción de algodón, que contamina fuertemente las aguas de escorrentía y de evaporación.

¿Qué podemos hacer al respecto?

• Elija ropa fabricada en países con una normativa medioambiental más estricta para las fábricas (UE, Canadá, EE.UU...)

• Elija fibras orgánicas y naturales que no requieran productos químicos para su producción

La industria de la moda es una gran consumidora de agua.
Se utiliza una enorme cantidad de agua dulce para el proceso de teñido y acabado de todas nuestras prendas. Como referencia, se pueden necesitar hasta 200 toneladas de agua dulce por tonelada de tejido teñido.  

Además, el algodón necesita MUCHA agua para crecer (y calentarse), pero suele cultivarse en zonas cálidas y secas. En torno a Se necesitan 9.700 litros para producir sólo 1 kg de algodón. Esto genera una tremenda presión sobre este precioso recurso, ya escasoy tiene consecuencias ecológicas dramáticas, como la desertificación del Mar de Aral, donde la producción de algodón ha drenado totalmente el agua (ver fotos arriba).  

"El 85% de las necesidades diarias de agua de toda la población de la India se cubriría con el agua utilizada para cultivar algodón en el país. 100 millones de personas en la India no tienen acceso al agua potable", afirma Stephen Leahy de The Guardian.

¿Qué podemos hacer al respecto?

• Elija fibras de bajo consumo de agua como el lino, las fibras recicladas, etc.

La ropa se ha convertido claramente en algo desechable. Por ello, cada vez generamos más residuos textiles. Una familia europea tira una media de 11 kg de ropa al año. Sólo el 15% se recicla o se dona , y el resto va directamente al vertedero o se incinera. 

Las fibras sintéticas, como el poliéster, son fibras de plástico, por lo que no son biodegradables y pueden tardar hasta 200 años en descomponerse. Las fibras sintéticas se utilizan en el 69% de nuestra ropa.

¿Qué podemos hacer al respecto?

• Elija fibras naturales o semisintéticas

• Comprar menos, comprar mejor y reciclar

Los productos químicos son uno de los principales componentes de nuestra ropa.

Se utilizan durante la producción de la fibra, el teñido, el blanqueo y el procesamiento en húmedo de cada una de nuestras prendas.

El uso intensivo de productos químicos en el cultivo del algodón está provocando enfermedades y muertes prematuras entre los algodoneros, además de la contaminación masiva de las aguas dulces y oceánicas y la degradación del suelo.

Algunas de estas sustancias también son perjudiciales para el consumidor (véase la sección sobre toxicidad). 

¿Qué podemos hacer al respecto?

• Elija fibras orgánicas

• Elija marcas sostenibles

• Lavar siempre la ropa nueva antes de usarla por primera vez

• Busca prendas con una etiqueta de certificación que controle el contenido químico, como OEKO-TEX®, GOTS o BLUESIGN®.

La industria de la moda representa entre el 5% y el 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

La industria mundial de la moda genera una gran cantidad de gases de efecto invernadero debido a la energía utilizada durante su producción, fabricación y transporte de los millones de prendas que se compran cada año.

Las fibras sintéticas (poliéster, acrílico, nylon, etc.), utilizadas en la mayoría de nuestras prendas, se fabrican a partir de combustibles fósiles, por lo que su producción es mucho más intensiva en energía que la de las fibras naturales.

La mayor parte de nuestra ropa se produce en China, Bangladesh o India, países que funcionan esencialmente con carbón. Este es el tipo de energía más sucia en términos de emisiones de carbono.  

Además, según James Conca de FORBES: "Las fibras sintéticas baratas también emiten gases como el N2O, que es 300 veces más dañino que el CO2".

¿Qué podemos hacer al respecto?

• Elija fibras naturales

• Comprar menos, comprar mejor calidad, remendar la ropa

• Comprar ropa fabricada en países con más energías renovables

El suelo es un elemento fundamental de nuestro ecosistema. Necesitamos un suelo sano para la producción de alimentos, pero también para absorber el CO2. La degradación masiva y global del suelo es uno de los principales problemas medioambientales a los que se enfrenta actualmente nuestro planeta. Representa una gran amenaza para la seguridad alimentaria mundial y también contribuye al calentamiento global. 

La industria de la moda desempeña un papel importante en la degradación del suelo de diferentes maneras: el sobrepastoreo de los pastos a través de las cabras de cachemira y las ovejas criadas por su lana; la degradación del suelo debido al uso masivo de productos químicos para cultivar algodón; la deforestación causada por las fibras a base de madera como el rayón.  

¿Qué podemos hacer al respecto?

• Elija fibras respetuosas con el suelo

Cada año se talan miles de hectáreas de bosques antiguos y en peligro de extinción y se sustituyen por plantaciones de árboles utilizados para fabricar tejidos a base de madera, como el rayón, la viscosa y el modal.

Esta pérdida de bosques está amenazando el ecosistema y las comunidades indígenas, como en Indonesia, donde se ha producido una deforestación a gran escala de los bosques tropicales en la última década.

¿Qué podemos hacer al respecto?

• Elija Lyocell/Tencel® en lugar de rayón, modal o viscosa

Muchas marcas de moda aseguran a sus clientes que los trabajadores que han fabricado sus prendas cobran "al menos el salario mínimo legal". ¿Pero qué significa eso exactamente?
En primer lugar, significa que muchas otras marcas ni siquiera pagan el salario mínimo legal. 

Además, en la mayoría de los países manufactureros (China, Bangladesh, India...), el salario mínimo representa entre la mitad y la quinta parte del salario vital. Un salario digno representa lo mínimo que necesita una familia para satisfacer sus necesidades básicas (alimentación, alquiler, sanidad, educación, etc.). Así que, en resumen, estas marcas se jactan de pagar a sus empleados 5 veces menos de lo que realmente necesita una persona para vivir con dignidad...

Los trabajadores de la confección a menudo se ven obligados a trabajar de 14 a 16 horas al día, 7 días a la semana. Durante la temporada alta, pueden trabajar hasta las 2 ó 3 de la madrugada para cumplir el plazo de la marca de moda. Sus salarios básicos son tan bajos que no pueden rechazar las horas extras, aparte de que muchos serían despedidos si se negaran a trabajarlas. En algunos casos, las horas extras ni siquiera se pagan. 

El derrumbe del Rana Plaza en 2013, en el que murieron 1134 trabajadores de la confección en Dhaka (Bangladesh), ha puesto de manifiesto al mundo las inaceptables condiciones de trabajo de toda la industria de la moda.
Los empleados suelen trabajar sin ventilación, respirando sustancias tóxicas, inhalando polvo de fibras o arena volada en edificios inseguros. Los accidentes, los incendios, las lesiones y las enfermedades son muy frecuentes en los centros de producción textil. 

Además, los trabajadores de la confección se enfrentan regularmente a abusos verbales y físicos. En algunos casos, cuando no cumplen su objetivo diario (inalcanzable), se les insulta, se les niega el descanso o no se les permite beber agua.   

Millions of children in the world are forced to work. In some countries, labor laws are poorly enforced or inadequate, which makes it easier for employers to hire children and exploit their labor.

Child labor is prevalent in the fashion industry, which relies heavily on low-skilled workers. The global demand for cheap clothing has created a market for low-cost labor, which unscrupulous employers who are willing to employ children and pay them very low wages.

También se han denunciado muchos casos de trabajo forzoso a lo largo de la cadena de suministro de la industria de la moda.  

El ejemplo más infame tenía lugar hasta hace poco en Uzbekistán, uno de los mayores exportadores de algodón del mundo. Cada otoño, el gobierno obligaba a más de un millón de personas a dejar sus trabajos habituales para ir a recoger algodón. También se movilizaba a los niños y se les sacaba de la escuela para cosechar algodón. En 2020, Uzbekistán consiguió acelerar la lucha contra el trabajo infantil y forzoso y ya casi lo ha eliminado.

En la mayoría de estas fábricas, los trabajadores de la confección no pueden formar sindicatos para defender sus derechos de forma colectiva.
Las leyes de los gobiernos y las normativas específicas de las zonas de exportación donde se establecen las fábricas suelen restringir la creación de sindicatos, como en Bangladesh, donde sólo el 10% de las 4.500 fábricas de confección tienen un sindicato registrado.
Algunos propietarios de fábricas también amenazan o agreden físicamente a los miembros del sindicato o los despiden con total impunidad, lo que no anima a los empleados a formar sindicatos. 

En cada parte de la producción textil se utilizan productos químicos para fabricar las fibras, blanquear y teñir los tejidos, etc. Cuando llegan a las tiendas, nuestra ropa sigue conteniendo muchos productos químicos, incluso la ropa de fibra "100% natural". Nuestra piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y absorbe todo lo que le ponemos, incluidas las sustancias químicas de nuestra ropa. Éstas pueden representar un verdadero peligro para nuestra salud.

¿Por qué son perjudiciales?

Un estudio de Greenpeace para la Campaña Detox ha identificado 11 productos químicos utilizados frecuentemente para fabricar nuestra ropa que contienen toxinas, carcinógenos y disruptores hormonales que deberían estar prohibidos, pero que actualmente no lo están.

Algunos estudios demuestran que ciertas sustancias químicas contenidas en los pijamas, pueden encontrarse en la orina de un niño 5 días después de haber llevado ese pijama durante una noche.

Un estudio reciente ha encontrado sustancias químicas peligrosas en el 63% de los artículos analizados de 20 marcas textiles diferentes (incluidos los gigantes de la moda).  

¿Qué podemos hacer al respecto? 

• Lava siempre la ropa nueva antes de usarla por primera vez.

• Busque prendas con etiqueta de certificación de contenido químico como OEKO-TEX®, GOTS o BLUESIGN®.

1. comprar menos

Incluso la prenda más ecológica utiliza recursos para su producción y transporte hasta tu casa, lo que genera cierto impacto medioambiental.

Una de las raíces del problema radica en nuestro excesivo consumismo: compramos 10 mientras nuestras abuelas compraban 2.

Tendemos a pensar que comprar ropa nueva nos hará felices. Tal vez deberíamos reconsiderar algunos fundamentos de nuestro estilo de vida. 

2. Comprar ROPA DE MARCAS sostenibles

Cada vez más marcas de moda tienen en cuenta el impacto medioambiental y social de su producción.

Puedes encontrar nuestras marcas sostenibles favoritas en la sección Las marcas que nos gustan.

No te vamos a mentir: la oferta es todavía limitada y es más fácil y barato ir al centro comercial más cercano a reponer el armario. Pero cuanto más exijamos la ropa sostenible, más habrá disponible, igual que hace 15 años era difícil encontrar alimentos ecológicos. Hoy, está disponible en la mayoría de los supermercados.

En cuanto al precio, sí, pagarás más por la ropa sostenible que en una tienda de moda rápida, pero ahora sabemos qué hay detrás de esos precios tan bajos...

Sin embargo, las marcas sostenibles no tienen por qué costar más que la ropa de marca, por la que a veces pagamos precios elevados por la imagen, pero rara vez por la calidad o la sostenibilidad.

3. Comprar mejor calidad

Como la ropa se ha vuelto tan barata, ya no nos importa tanto la calidad. Nos limitamos a comprar prendas nuevas cuando las que tenemos pierden su forma o su atractivo.

Además, todos hemos tenido la experiencia de comprar ropa o un par de zapatos caros y enfrentarnos a la decepción de que, dos meses después, ya parecen viejos o tienen agujeros.

Si dejamos de comprar ropa de mala calidad, esto empujará a las marcas a mejorar la calidad de sus prendas. También nos permitirá conservar nuestra ropa durante más tiempo, lo que es bueno para nuestro bolsillo y para el medio ambiente.

4. Piénsatelo dos veces antes de tirar la ropa

No tires tu ropa en los contenedores normales. La mayoría de ellas están compuestas por fibras sintéticas no biodegradables y se acumulan en el vertedero. Hay otras opciones:

- Intenta repararlas. A veces, con un poco de imaginación, puedes reparar o incluso rediseñar una prenda rota.

- Dona tu ropa a tus amigos, a tu familia, a tus vecinos o a la beneficencia.

- Véndelos en aplicaciones de segunda mano como Vinted.

- Algunas tiendas de ropa aceptan ropa usada de su propia marca o incluso de otras marcas.

- Deposítalos en el contenedor de reciclaje textil. Los textiles pueden reciclarse para fabricar nuevas prendas.

5. Comprar ropa de segunda mano, intercambiar y alquilar

En lugar de comprar ropa nueva, busca opciones alternativas:

- Tienda de segunda mano: No es un concepto nuevo. Puedes encontrar tiendas de segunda mano en cualquier parte del mundo. Además, muchos sitios web y aplicaciones ofrecen todo tipo de opciones de segunda mano que van desde lo más barato hasta ropa de marca.

- Intercambio de ropa: Este tipo de iniciativas están surgiendo en todo el mundo. Los participantes traen la ropa que ya no usan y la intercambian por prendas que sí van a utilizar. Es una forma económica y ecológica de reponer el armario. También puedes organizarlo entre tus amigos. 

Leer más sobre "Cómo organizar un intercambio de ropa"

- Alquilar ropa: El alquiler de ropa también es una industria en crecimiento. Es una gran opción, sobre todo para la ropa que no se va a usar durante mucho tiempo o con frecuencia (ropa de bebé o de embarazada, vestidos de fiesta...). Algunas empresas también ofrecen una cuota mensual, lo que permite a los clientes renovar constantemente su guardarropa.

La organización de la ropa de segunda mano, el intercambio y el alquiler suele tener lugar a nivel local. Averigua qué hay disponible en tu barrio.

6. Vigila tu lavado

El lavado de nuestra ropa tiene un importante impacto medioambiental. Un hogar medio en Europa hace casi 200 cargas de ropa al año, consumiendo unos 15.000 litros de agua. También se necesita mucha energía para calentar el agua de lavado y ejecutar el ciclo de secado. Por eso, te damos algunos consejos para reducir este impacto.

Más consejos en #WhatsInMyWash.

Campaña Ropa Limpia

La Campaña Ropa Limpia es una alianza internacional dedicada a mejorar las condiciones de trabajo y empoderar a los trabajadores de la industria mundial de la confección y la ropa deportiva.

La CCC presiona a las empresas y a los gobiernos para que asuman su responsabilidad y garanticen el respeto y la aplicación de los derechos de los trabajadores; sensibiliza y moviliza a la gente para que se implique; actúa en casos concretos de violaciones de los derechos de los trabajadores y de los activistas; explora los mecanismos judiciales y ejerce presión para que se legisle para proteger los derechos de los trabajadores y exigir responsabilidades a las empresas. 

Vertido cero de sustancias químicas peligrosas (ZDHC) 

La misión de la Fundación ZDHC es avanzar hacia el vertido cero de sustancias químicas peligrosas en la cadena de valor del textil, el cuero y el calzado, con el objetivo de mejorar el medio ambiente y el bienestar de las personas. Su visión es aplicar ampliamente la química sostenible y las mejores prácticas.

El Programa ZDHC cuenta ya con 70 empresas colaboradoras. 

La película: El verdadero coste 

The True Cost es un brillante documental sobre la ropa que llevamos, la gente que la fabrica y el impacto que la industria tiene en nuestro mundo. 

Filmado en países de todo el mundo, desde las pasarelas más brillantes hasta los barrios más oscuros, el True Cost ha abierto ya los ojos de mucha gente, ¡es sin duda una obra imprescindible!

SANE is the next-gen certification for sustainable fashion products. 

SANE guarantees that certified products are made with equal respect for the environment, workers´ rights, and consumers' health. 

It enables consumers to instantly recognize ethically made products and show their positive engagement to the world; 

It also helps conscious fashion brands to credibly communicate their commitment to a brighter future in a desirable way.

SANE certification doesn’t single out the planet, the people, or consumer safety: it covers them all. 

SANE es una certificación holística para productos de moda sostenibles.

Para ser sano, un producto debe ser saludable para el planeta y las personas,

SANE garantiza que los productos certificados se fabrican con el mismo respeto por la

• MEDIO AMBIENTE

• DERECHOS DE LOS TRABAJADORES

• SALUD DE LOS CONSUMIDORES

Con SANE, los consumidores sólo tienen que prestar atención a una etiqueta, ya que cubre los aspectos medioambientales, sociales y de seguridad del consumidor.

La certificación SANE garantiza el máximo nivel de sostenibilidad a lo largo de la confección de un artículo, desde la fibra, hasta la costura del último botón. Para garantizar su credibilidad y transparencia, SANE es una certificación de tercera parte, lo que significa que las fábricas y los materiales son inspeccionados por auditores independientes.

El ámbito de actuación de SANE es global y abarca prendas de vestir, accesorios de moda, calzado y textiles para el hogar.

SANE es una iniciativa reciente y necesita el apoyo de personas y empresas que crean en un futuro positivo para la moda.